De las cosas que más agradezco de NO tener coche es ➽ la necesidad de usar el transporte público, moverme de manera eficiente en el metro, en bus y la posibilidad de caminar de un lugar a otro, es mi forma de tomarle el pulso a la ciudad, adentrarme en lo cotidiano, ser testigo de otras realidades, participar en lo colectivo y claro, valorar el funcionamiento de la parte de mis impuestos que esta allí.
Esos desplazamientos, al no tener que conducir, son momentos multitasking. Me sirven, entre otras cosas, para hablar con mi madre por teléfono, leer un libro, escuchar música o un pódcast, scrollear en social media y, cuando quiero estar presente, ir andando saca mi lado explorador.
Mi atención se centra en los letreros que encuentro en mi camino, apreciarlos con detenimiento, cambiar el punto de vista, acercarme y alejarme, detallar el acabado y la tipografía es algo que me fascina. Capturarlos con el móvil para tener fotografías de letreros curiosos se ha convertido en ➽ un research recurrente en mi proceso creativo.
Reconozco que tardo un poco más en llegar a mi destino, pero descubrir composiciones tipográficas, mensajes ocultos, ver los azulejos, el desgaste por el paso del tiempo en paredes, detalles en los grafitis y sentir la calle pisando el asfalto me estimula. En ocasiones, cuando tengo muy visto el trayecto, lo cambio solo por conseguir nuevos inputs.
Y entonces, ahí estaba: un letrero antiguo de una escuela que impartía clases de mecanografía.


En lo alto de un local que permanecía cerrado, leí "Mecanografía". Las preguntas surgieron:
¿Todavía se estudia mecanografía? ¿Necesito mejorar mis habilidades para escribir en el iPad y así aumentar mi frecuencia de publicación en Substack? ¿Mi mente escribe más rápido que mis dedos? ¿Es mejor escribir en el ordenador o en papel?
Y con las preguntas, también me abordaron los recuerdos.
Mi madre es mecanógrafa y taquígrafa parlamentaria, términos que entendí desde muy pequeña. Mi hijo, con 10 años, no los conoce. Yo, con 5 años, ya era capaz de explicar a qué se dedicaba mi mamá.
Noemí Antonetti Wagner trabajó en el Congreso de la República de Venezuela entre finales de los 70 y principios de los 80. Se dedicaba a transcribir lo que se debatía en los plenos de diputados y senadores.
* A finales de los 70, una taquígrafa en el Congreso transcribía lo debates de las sesiones en tiempo real usando taquigrafía, asegurando registros precisos. Aunque comenzaban a usarse grabaciones de audio, su labor seguía siendo clave.
Asistía a las sesiones, con jornadas agotadoras. Grababa, tomaba notas con el método de taquigrafía y luego transcribía con máquinas de escribir a la velocidad del rayo, sin errores ortográficos ni interpretaciones, para su registro.
En casa, solía contarnos el acontecer político, legislativo, económico y social de Venezuela. Se hablaba abiertamente de estos temas, así que desde pequeña me aupaban a tener un pensamiento crítico y posicionarme políticamente. Cabe mencionar que devoraba Mafalda y me identificaba con el personaje llamado Libertad ✔️
Era una democracia.
En varias ocasiones, mi madre me llevó al trabajo porque no tenía con quién dejarme. Yo amaba aquello, ir al Congreso, escabullirme por los pasadizos secretos y los diferentes salones era mi travesura favorita. Me emociona recordarme sentada en la silla del presidente del Congreso ➽ jugando a ser líder.
Cuando me pillaban, me llevaban a la oficina que ahora llamarían open space, donde una decena de mujeres tecleaban al ritmo del característico ruido de sus máquinas de escribir. Mi mamá me sentaba junto a ella y, mientras me entretenía dibujando, podía escuchar las conversaciones.
Si tenía suerte, la hija de alguna compañera venía… Cuando esto pasaba, la diversión era plena. Nos subíamos sobre las sillas con rueditas y recorríamos el lugar.
Durante toda su trayectoria profesional de más de 35 años, mi madre trabajó en diversos ministerios, en despachos gubernamentales y en otras instituciones del Estado venezolano. Su cargo se llamaba ➽ "secretaria ejecutiva", especializada en mecanografía y taquigrafía. Tuvo que dejar sus estudios de bachillerato para trabajar, luego se formó en secretariado comercial, donde recibió clases de taquigrafía, mecanografía, redacción, correspondencia, contabilidad, organización de archivos, agenda, logística, relaciones públicas, comunicación, inglés, derecho mercantil y laboral, entre otras muchas cosas.
De niña hablar de su trabajo me llenaba de orgullo. Luego, aparecieron factores políticos que ensombrecieron el trabajo de todas esas mujeres que, al igual que ella, eran secretarias y que realmente eran las responsables de la comunicación de un Estado.
Decir "secretaria ejecutiva" se desvirtuó por escándalos políticos. Pero incluso antes, la deformación del rol ya existía, alimentada por la industria del porno, películas de Hollywood, series de humor de tv, en disfraces de carnaval de la “[introduce aquí cualquier oficio de mujer] sexy". Ser secretaria estaba casi mal visto.
En ese momento como adolescente no entendía que ➽ minimizar las responsabilidades de las mujeres y reducirlas a estereotipos es machismo. No sabía cómo abordar hablar del trabajo de mi madre. No sabía cómo hablar de su labor, de su vocación, de su dedicación, del porqué su perfecta ortografía y redacción, de su impecable y minuciosa manera de comunicarse, de su capacidad de organizar, clasificar, documentar y archivar la información. Sin estudios universitarios, mi madre es lo que hoy se llamaría responsable del departamento de comunicación del Estado y, sin embargo, la relegaron a llamarla secretaria.
Tuvo varios reconocimientos durante su extensa trayectoria profesional, pero su tiempo no le permitió obtener la mención que merecía. Durante un par de años, los más convulsos de la democracia venezolana, fue secretaria ejecutiva del Ministro de la Secretaría de la Presidencia. ¿Por qué él es ministro y ella secretaria? Lo lógico sería que él se llamara Secretario de la Presidencia y ella, secretaria del secretario.
Estoy muy orgullosa de mi mamá. Sin ayuda de la familia, con cuatro hijos, sin estudios superiores, viuda con apenas 50 años, nunca ha dejado que sus circunstancias la definan. Consiguió llegar tan lejos como pudo y darnos a sus hijos el mejor know-how para afrontar la vida laboral ➽ Su profesionalidad estaba más allá de la nomenclatura de su oficio, estaba en su dedicación, en reconocer el valor de lo que hacía y la repercusión que tenía. No necesitó un título para ser de las mejores en su desempeño y orientarnos a vivir enterados de nuestro tiempo. Ella, a sus 83 años, sigue viviendo su tiempo, aquí, en el presente. Como dice el intro del tema Baile Inolvidable de Bad Bunny, "Mientras uno esta vivo, uno debe amar lo más que pueda". Pues mi madre ama su presente y el pasado que vivió también lo amó.
La llamo cada día, hasta tres veces. Hay una llamada fija, la que hago mientras voy rumbo a buscar a mi hijo al colegio. A veces, está haciendo su caminata diaria. Desde que tengo memoria, sale a caminar como ejercicio físico.
Conversamos de política, economía, derecho, cultura, actualidad, de los chismes familiares, de mí, de ella, de ser mujeres. Hablamos mucho de ser mujeres. Y también le cuento que vi un letrero que decía "mecanografía" y que, al verlo, pensé en ella ツ
*Definición de CHAT GPT: La taquigrafía es un sistema de escritura rápida y abreviada que permite transcribir de manera veloz lo que se dice en tiempo real. Se utiliza principalmente en contextos donde se necesita registrar discursos, reuniones o debates, como en tribunales o en el Congreso. La taquigrafía emplea símbolos y signos simplificados para representar palabras o sonidos de forma más eficiente que la escritura tradicional, permitiendo captar grandes cantidades de información en poco tiempo.







Amo que hables con tu mamá todos los días!